El corazón de la escuela

La importancia de las bibliotecas bilingües en las escuelas

By Rachel Cloues

Translator: Nicholas Yurchenco

Illustrator: Simone Shin

Simon Shin

Durante una semana de la primavera pasada, visitó a mi escuela el esqueleto de una ballena que medía nueve metros. La ballena llegó en muchos pedazos: vértebras enormes reunidas en cubos y cajas; largas costillas curvas fueron cuidadosamente cargadas por la escalera y el corredor; el cráneo blanco enorme y bello fue empujado lentamente en un carrito de ruedas por el personal del Mission Science Workshop (Taller de Ciencias de Mission), ubicado en el barrio a unas cuantas cuadras. Como maestra bibliotecaria en una escuela primaria bilingüe en San Francisco, yo había trabajado coordinando la Semana de la Ballena por más de un año. Ahora nos tocaba a nosotros tener la ballena, y sonreí de oreja a oreja al ver la sorpresa de los niños ante la colección masiva de huesos que traían a la biblioteca.

Durante un mes nuestros estudiantes estudiaron a las ballenas grises, las cuales migran cada año por la costa de California entre Alaska y México. Fue un tema interesante para toda la escuela, especialmente porque la mayoría de las familias de los niños habían migrado desde México y Centroamérica. Durante la Semana de la Ballena, cada clase pasó una hora al día en nuestra biblioteca aprendiendo en español e inglés sobre las ballenas del personal bilingüe del Mission Science Workshop. Cada clase trabajó en grupo para armar (y desarmar) el esqueleto de la ballena gris, pieza por pieza, juntando las vértebras numeradas como si fuera un rompecabezas gigante y amarrando las costillas que eran más altas que los estudiantes de quinto grado a una estructura de madera construida especialmente para ello. Las aletas, con los huesos de los dedos claramente visibles, surgían de los enormes omóplatos de la ballena. El esqueleto completamente armado se extendía por todo lo largo de nuestra biblioteca.

Durante la semana, los padres de familia y miembros de la comunidad entraban a ayudar con los huesos y ver el espect‡culo. Varias clases de estudiantes de sexto, sŽptimo, y octavo grados tambiŽn visitaron y ayudaron a que los estudiantes del jard’n de ni—os y de k’nder alzaran y armaran los pedazos del esqueleto. Hab’an varios libros sobre ballenas y otros animales marinos en la biblioteca. El sitio web que hice con fotos y recursos digitales estaba en las pantallas de las computadoras. Unas grabaciones de los sonidosDurante la semana, los padres de familia y miembros de la comunidad entraban a ayudar con los huesos y ver el espectáculo. Varias clases de estudiantes de sexto, séptimo, y octavo grados también visitaron y ayudaron a que los estudiantes del jardín de niños y de kínder alzaran y armaran los pedazos del esqueleto. Habían varios libros sobre ballenas y otros animales marinos en la biblioteca. El sitio web que hice con fotos y recursos digitales estaba en las pantallas de las computadoras. Unas grabaciones de los sonidos emitidos por ballenas emanaban por las bocinas de las computadoras mientras los niños trabajaban para combinar los casi 200 huesos blanqueados por el sol.

Esta poderosa experiencia de aprendizaje bilingüe en nuestra biblioteca escolar fue una colaboración entre muchas personas: una organización comunitaria dedicada a traer la práctica científica a la juventud hispanohablante de bajos recursos en el distrito de Mission, nuestro maestro de recursos de ciencia en línea, nuestro pasante de jardinería, los maestros de aula, y yo, la maestra bibliotecaria. Financiado por el modesto presupuesto de la biblioteca, nuestra Semana de la Ballena es un ejemplo del tipo de oportunidades de aprendizaje creativo e intercurricular que promueve la alfabetización y que es posible cuando hay un programa de biblioteca vigoroso en la escuela. Es una de las muchas razones por las que necesitamos que nuestras bibliotecas escolares y las posiciones de maestros bibliotecarios sean adecuadamente financiadas.

En los últimos años y por toda la nación, la programación de las bibliotecas escolares ha ido por el mismo camino que el arte, la música, la educación física, y otros programas “suplementarios” o “especiales” en las escuelas públicas. Este financiamiento reducido ha tenido un impacto devastador en California, donde actualmente tenemos tan solo un bibliotecario escolar certificado por cada 7,187 estudiantes, según el Departamento de Educación estatal. La Asociación de Bibliotecarios Escolares de California (CSLA, por sus siglas en inglés) enfatiza este hecho vergonzoso señalando que Texas, el estado que sigue a California en número de estudiantes, tiene aproximadamente un maestro bibliotecario por cada 1,080 estudiantes. Mississippi cuenta con una proporción de más o menos un maestro bibliotecario por 575 estudiantes. California está al fondo de esta absurda gama de estadísticas. Cada vez que asisto a la conferencia anual de la CSLA, la baja asistencia es obvia y triste.

La baja prioridad de las bibliotecas escolares y los bibliotecarios tiene un fuerte impacto sobre todos los estudiantes y maestros, claro; pero las escuelas bilingües son afectadas desproporcionadamente. Muchos alumnos en las escuelas públicas, como en la que yo enseño, vienen de comunidades de bajos recursos y casas en las cuales el inglés no es su primer idioma. A menudo no hay muchos libros en sus casas.

Stephen Krashen, el lingüista, investigador educativo, y defensor desde hace mucho de la educación bilingüe y las bibliotecas escolares, ha escrito mucho sobre la fuerte correlación entre el acceso que tienen los niños a los libros y su capacidad de lectura. “La educación bilingüe ha hecho cosas buenas”, escribe Krashen, “pero podría hacerlas mucho mejor. El problema más grande, desde mi punto de vista, es la falta de libros en el primer o segundo idioma en las vidas de los estudiantes de estos programas.” Las escuelas bilingües necesitan bibliotecas escolares de primera clase y maestros bibliotecarios certificados. Cuando hace falta este tipo de programa o cuando no está bien financiado, se reduce el enorme potencial que tienen estas escuelas para contribuir a una sociedad pacífica, funcional, y multilingüe.

Más que una sala llena de libros

Hay muchas razones por las que el financiamiento de las bibliotecas escolares tiene un papel tan central en la creación de fuertes programas bilingües, a parte del simple hecho que asegura que los niños tengan acceso a más libros. Un maestro bibliotecario de tiempo completo que imparta clases y se encargue de la biblioteca es una parte clave del personal escolar, especialmente si es bilingüe. Proporcionamos un apoyo experto y especializado en la alfabetización a los maestros de salón y sus estudiantes, junto con un conocimiento íntimo de una cantidad y variedad de recursos impresos y digitales actualizados mucho más grande que las que pueda tener cualquier salón. Un maestro bibliotecario puede ser una de las personas mejor posicionadas para conectar áreas de contenido por todo el currículo y los niveles de grado, cultivando un ambiente interdisciplinario que puede nutrir los intereses individuales. Las bibliotecas proporcionan espacios seguros en las escuelas, tanto físicos como emocionales, para que los niños crezcan y aprendan. Los estudiantes me hablan con frecuencia de lo mucho que les encanta estar en la biblioteca y, para muchos, prefieren el espacio de la biblioteca al patio durante el recreo. Para los estudiantes que no se sienten seguros en el patio, la biblioteca es un refugio esencial.

Mis colegas maestros bibliotecarios y yo enseñamos la informática en una manera más profunda que la mayoría de los maestros de salón, dada su falta de tiempo. Esto incluye trabajar con los estudiantes para practicar sus técnicas de investigación, aprender sobre la evaluación de fuentes, ubicar y citar información fiable, utilizar una perspectiva sin prejuicios, y experimentar con diferentes formatos de presentación, utilizando múltiples fuentes impresas y digitales. Estas son las habilidades que necesitan todos los estudiantes en un mundo tan fuertemente impactado por el internet; pero especialmente los niños que tal vez no tengan acceso a una computadora en casa o a familiares que les puedan ayudar a navegar un ambiente en línea con un ojo crítico. La ciudanía digital, o cómo usar las herramientas del internet apropiadamente, es otro campo en el cual los maestros bibliotecarios tienden a tener mucho entrenamiento.

Biblioteca cerrada para exámenes

Al igual que nuestros homólogos bilingües en los salones de clase, los maestros bibliotecarios de las bibliotecas bilingües enfrentamos algunos obstáculos adicionales. No es fácil comprar libros para la biblioteca o subscribirse a bases de datos en idiomas que no sean el inglés, ya que la selección es mucho más limitada. A menudo los únicos libros disponibles son de bolsillo, en vez de ediciones de pasta dura y, muy frecuentemente, a las editoriales y vendedores de libros se les acaba la reserva. Las colecciones bilingües en las bibliotecas requieren un presupuesto mayor para comprar libros nuevos en ambos idiomas.

Pero el desafío más doloroso que enfrentan muchos maestros bibliotecarios en estos días, bilingües o no, es el problema creado por los exámenes estandarizados de alto impacto cuando se presentan durante los programas y horarios de la biblioteca. Los exámenes digitales requieren de muchas computadoras. Hasta que los presupuestos de tecnología en las escuelas alcancen los mandatos para los exámenes (o hasta que gane el movimiento para terminar con los exámenes de alto impacto), las bibliotecas seguirán siendo el lugar donde se encuentran las computadoras, por lo menos en distritos urbanos como el mío, inadecuadamente financiados. Nuestra biblioteca también se utiliza para los exámenes de práctica y para evaluar a estudiantes con necesidades especiales.

El uso de la biblioteca para los exámenes es especialmente problemático en las escuelas bilingües donde los niños pueden tomar exámenes en dos idiomas; el examen dura lo doble y la biblioteca está cerrada a los demás estudiantes y maestros. Esto pasó la primera primavera que mi escuela cambió a los exámenes basados en computadora al mismo tiempo que se realizaba un proyecto de investigación en toda la escuela. Las clases no tuvieron acceso a los libros de la biblioteca ni a los recursos digitales por un mes entero ya que todas las computadoras se usaban para los exámenes.

Con un conjunto de computadoras nuevas portátiles y creatividad al diseñar el horario, mi escuela logró hacer los exámenes este año sin cerrar la biblioteca. Pero muchas otras bibliotecas escolares en nuestro distrito, especialmente a nivel primario, no tuvieron tanta suerte. A mis colegas les pidieron que empujaran carritos de libros a los salones o que pasaran la mayoría de su tiempo administrando los exámenes en la biblioteca o el laboratorio de computadoras. La biblioteca de un colega estuvo cerrada durante seis semanas a causa de los exámenes de la primavera pasada. Aunque entiendo la necesidad de llegar a una solución intermedia en ciertos casos, me preocupa profundamente el mensaje que estamos mandando a los estudiantes en cuanto a la importancia de su programa de biblioteca. Nuestro distrito requiere que los exámenes estandarizados se den al mismo tiempo que todo el distrito, de kínder a doceavo grado, está haciendo una investigación con base en los estándares comunes (Common Core). Las bibliotecas no solo deberían estar abiertas durante un proyecto de investigación sino deberían también ser centrales a este proceso de estudio.

La biblioteca como un lugar común de aprendizaje

A pesar de la reputación (ya anticuada) de las bibliotecas del pasado, las bibliotecas escolares ejemplares de hoy no son lugares donde los estudiantes tienen que estar callados. Al contrario, se anima a los estudiantes a que hablen, trabajen juntos, y compartan ideas y opiniones mientras desarrollan sus habilidades orales y sus capacidades de pensamiento crítico. El esqueleto desarmado de la ballena proporcionó justamente ese tipo de oportunidad para que los estudiantes colaboraran física y verbalmente. Todo el año me esfuerzo por planear junto con los maestros de salón y especialistas para que colaboremos lo más posible al enseñar las lecciones, les proporcione apoyo curricular, y comparta la responsabilidad de cubrir los estándares de contenido.

Claro, como todos los bibliotecarios, trato de generar un amor por la lectura también. La biblioteca, llamada frecuentemente el corazón de la escuela, debería estar llena de literatura recién publicada, emocionante, diversa, galardonada, que motive a los estudiantes a aprender a leer, a leer por placer e interés, y a desarrollar la habilidad de leer en otro idioma.

Una biblioteca bilingüe refleja y valida los primeros idiomas y culturas de los estudiantes, debería ser acogedora para todas las familias. He organizado noches bilingües en la biblioteca, cafés de poesía, y otros eventos familiares con la intención de invitar a los padres a la biblioteca. En otras bibliotecas escolares que he visitado, los maestros bibliotecarios han designado “espacios de creatividad” para hacer proyectos, organizando clubes de libros para los padres y niños, facilitado la fabricación de libros, y ofrecido clases educativas para los adultos. Las oportunidades para convertir la biblioteca en un espacio común, dinámico y acogedor, no tienen límite.

Para muchos niños, la biblioteca escolar les proporciona su primera experiencia en una biblioteca donde se prestan libros y abre el camino para que utilicen las bibliotecas a lo largo de sus vidas. La biblioteca perdura como unos de los pocos espacios realmente públicos, un lugar común y participativo que ofrece a cada persona en la comunidad la oportunidad de crecer y beneficiarse. Nuestro sistema público de bibliotecas en los Estados Unidos es una expresión física de nuestros derechos según la primera enmienda de la Constitución. Y los maestros bibliotecarios sirven como puente entre las escuelas y las bibliotecas públicas para los estudiantes y sus familias, especialmente para los recién llegados al país.

Como dijo tan elocuentemente Carl Sagan, astrónomo y autor: “La salud de nuestra civilización, la profundidad de nuestra conciencia de las bases de nuestra cultura, y nuestra preocupación por el futuro se pueden medir por la manera en que apoyamos a nuestras bibliotecas”. 

Recursos

Krashen, Stephen. 1995. School Libraries, Public Libraries, and the NAEP Reading Scores. ala.org/aasl/sites/ala.org.aasl/files/content/ aaslpubsandjournals/slr/edchoice/SLMQ_ SchoolLibraries_InfoPower.pdf.

Krashen, Stephen. 2000. Bilingual Education, the Acquisition of English, and the Retention and Loss of Spanish. languagepolicy.net/archives/Krashen7.htm.

Sagan, Carl. 1980. Cosmos: A Personal Voyage.

Para más investigaciones sobre la importancia de las bibliotecas escolares, visite la página web de la Asociación Americana de Bibliotecarios Escolares: ala.org/aasl/research.

Rachel Cloues actualmente trabaja como una maestra bibliotecaria de escuela media pública en San Francisco.